Ya lo dice la canción: “la vida te da sorpresas; sorpresas te da la vida”. En este caso la sorpresa viene de Luis Planas de sus mariachis, “agradaores” y palmeros. Resumo la situación: en estos momentos se están preparando las normas por las que se aplicará la nueva PAC en España por parte de los responsables del Ministerio de Agricultura, que en algunos casos tienen que negociar con los de Transición Ecológica. Y lo hacen a la chita callando, desenfocados.
Desde AGROPOPULAR hemos dicho en varias ocasiones que había que prestar mucha atención a los manejos que se traen los unos y los otros, porque puede pasar cualquier cosa. Días atrás, ASAJA de Córdoba ha destapado el pastel: el ministro Planas y los suyos pretenden dejar sin las ayudas directas de la PAC a una parte significativa de las comunidades de bienes y otras agrupaciones de personas, que en el campo son muchas, especialmente en Andalucía, Extremadura y las dos Castillas. Así de simple. Eso es lo que se desprende de un proyecto para cambiar la definición de la figura de agricultor activo, que es el que puede recibir las ayudas directas de la PAC.
Se puede dar el caso, y se va a dar si no se cambia el proyecto, de que un agricultor o ganadero a título principal o profesional, como quieran llamarlo, que vive de su actividad agraria, que está dado de alta como autónomo en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social, es decir, que cuenta con todos los sacramentos, se quede sin las ayudas de la PAC, porque forma parte, por ejemplo, de una comunidad de bienes junto a sus familiares o comuneros. Esa es una realidad muy real, valga la redundancia, hoy en una parte del campo español.
Y, mientras tanto, una unidad familiar compuesta, por ejemplo, por un alto cargo de la Administración, pagado entre otros por los impuestos de ese agricultor al que van a dejar sin ayudas, y su mujer, alto cargo de una organización internacional, cuyo sueldo pagamos todos también vía impuestos, que son propietarios de un olivar o unas tierras de cereales y que cobran ayudas directas de la PAC por un importe inferior a 5.000 euros, sí que van a tener derecho a seguir percibiéndolas. Y, además, si las ayudas están a nombre de la esposa, recibirá un complemento por ser mujer. Eso es lo que traman Planas y los suyos.
A medida que se va conociendo este sinsentido, crece la indignación y aumentan las presiones para que eso no salga adelante. Y esta es tan solo una de las sorpresas que nos pueden dar las maniobras de Planas y los suyos. Habrá que seguir muy atentos, porque “la vida te da sorpresas; sorpresas te da la vida” y la que he contado puede que no sea la única que nos espera.
Desde AGROPOPULAR hemos dicho en varias ocasiones que había que prestar mucha atención a los manejos que se traen los unos y los otros, porque puede pasar cualquier cosa. Días atrás, ASAJA de Córdoba ha destapado el pastel: el ministro Planas y los suyos pretenden dejar sin las ayudas directas de la PAC a una parte significativa de las comunidades de bienes y otras agrupaciones de personas, que en el campo son muchas, especialmente en Andalucía, Extremadura y las dos Castillas. Así de simple. Eso es lo que se desprende de un proyecto para cambiar la definición de la figura de agricultor activo, que es el que puede recibir las ayudas directas de la PAC.
Se puede dar el caso, y se va a dar si no se cambia el proyecto, de que un agricultor o ganadero a título principal o profesional, como quieran llamarlo, que vive de su actividad agraria, que está dado de alta como autónomo en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social, es decir, que cuenta con todos los sacramentos, se quede sin las ayudas de la PAC, porque forma parte, por ejemplo, de una comunidad de bienes junto a sus familiares o comuneros. Esa es una realidad muy real, valga la redundancia, hoy en una parte del campo español.
Y, mientras tanto, una unidad familiar compuesta, por ejemplo, por un alto cargo de la Administración, pagado entre otros por los impuestos de ese agricultor al que van a dejar sin ayudas, y su mujer, alto cargo de una organización internacional, cuyo sueldo pagamos todos también vía impuestos, que son propietarios de un olivar o unas tierras de cereales y que cobran ayudas directas de la PAC por un importe inferior a 5.000 euros, sí que van a tener derecho a seguir percibiéndolas. Y, además, si las ayudas están a nombre de la esposa, recibirá un complemento por ser mujer. Eso es lo que traman Planas y los suyos.
A medida que se va conociendo este sinsentido, crece la indignación y aumentan las presiones para que eso no salga adelante. Y esta es tan solo una de las sorpresas que nos pueden dar las maniobras de Planas y los suyos. Habrá que seguir muy atentos, porque “la vida te da sorpresas; sorpresas te da la vida” y la que he contado puede que no sea la única que nos espera.